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Nosotros

Latidos de México

Latidos de México es un encuentro entre almas diversas que entretejen una extensa tela multicolor donde se honra la esencia de un país.

Cada latir nos invita a construir y fortalecer la paz, reconociendo nuestras riquezas y celebrando nuestras diferencias. Desde la profundidad de la selva Lacandona hasta los desiertos de Wirikuta, desde los afiligranados escalones que alguna vez albergaron templos y observatorios mayas y aztecas hasta los majestuosos paisajes de la península de California, Latidos de México simboliza espejo y memoria, comunión de miradas, tránsito entre imágenes que nos acerca al pasado, nos reconoce en el presente y nos proyecta en un futuro compartido donde nos vemos reflejados en los ojos del otro.

¿Cuántas fotos se necesitan para comprender el México profundo e invisible? ¿Cuántas huellas debemos marcar en los mapas? Tantas como las semillas de mujeres, niñas y niños, hombres, tú y yo. Ineludiblemente nos regresa la mirada a la sabiduría de nuestros pueblos originarios, guardianes milenarios del respeto, del amor y el cuidado a nuestra madre tierra. Latidos de México camina desde hace más de una década, uniendo infinidad de esas voces que vibran alto en su identidad y las cuales el mundo tiene la posibilidad de atestiguar. Es un llamado a la reafirmación y prueba de que la riqueza más pura de nuestra nación, y de nuestro planeta, está en su diversidad. 

Estamos invitados a redescubrir, de la mano de Carlomagno, el reflejo de nosotros mismos.

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Latidos Mayas

En este privilegiado reencuentro, nos adentramos en el inabarcable Universo Maya, para honrar este pueblo originario y su invaluable aporte a nuestra identidad nacional. Para que sus voces se sigan escuchando y se conozcan: la de Egilio, el chamán de su comunidad, que se sigue esforzando para que sus tradiciones no mueran en este mundo tan cambiante; o Beatriz, toda inocencia y firmeza, que mira con recelo “la modernidad occidental”; o Joel Canul May, sobrino de Egilio, quien vive entre los dos mundos, pero no abandona sus raíces y costumbres; o Zoe, un “guerrero” que desde los seis años se entregó al juego de pelota donde hipnotiza con sus movimientos mágicos; o Hilaria Chooc Hau, la madre de todos y cada uno, representante del amor por medio de su cocina tradicional y la sabiduría, con pocas palabras, de aquella persona que ha vivido mucho.

Este trabajo es un homenaje, que visibiliza a unas pocas miradas, pero que intenta representar a todos los pueblos originarios en su esencia: guardianes y portadores de nuestra cultura, y parte intrínseca del ADN mexicano.

* Trabajamos el ensayo Latidos Mayas, en colaboración con el municipio de Tulum con quienes estamos profundamente agradecidos por su apoyo y confianza.